Cada acabado decorativo requiere su procedimiento de aplicación. La mayoría de estos procedimientos no implican más que el control de la densidad del color y el correcto uso de la esponja, el trapo o la herramienta adecuada. Los medios más simples son los que suelen dar resultados más vistosos, como demuestran las ilustraciones de estas páginas.
Texturas con pasta de estuco
Las pastas de estuco que los principales fabricantes sirven ya preparadas pueden utilizarse de muy diferentes maneras y permiten una gran cantidad de acabados distintos. Todos estos acabados se basan en las posibilidades que ofrece esta pasta a la hora de crear texturas y trazados ornamentales. La capa de estuco fresca puede ser trabajada con distintas herramientas (peines de púas, espátulas, rodillos de texturar, etc.), que dejan su huella característica hendida sobre la superficie.
Imitación de madera
Como el marmolado, la Imitación de madera consiste en extender distintas capas de pintura al óleo o acrílica y trabajarlas en húmedo con trapos, brochas o peines para conseguir el color y el veteado de la madera. Una variante sencilla de este método consiste en pasar un tampón semicircular de goma grabada sobre la capa de color fresca para estampar el veteado.
Imitación de piedra
Uno de los métodos más sencillos consiste en aplicar capas sucesivas de color drapeado sobre la pared cuadriculada y reservada con cinta de pintor, trabajando zona por zona. Las distintas transparencias dan la impresión de superficie rugosa. Si a este efecto se añade un ligero sombreado en los límites de cada bloque, la impresión final es de un gran realismo.
Esponjado
La técnica del esponjado consiste en suaves aplicaciones de color mediante una esponja natural. Se pueden aplicar tantos colores como se deseen, aunque lo aconsejable son dos o tres tonos. El efecto final depende tanto de los colores elegidos como de lo tupido de las huellas de esponja, así como de la mayor o menor cantidad de textura en cada huella. Conviene elegir tonos en orden de claridad decreciente, aplicando primero el más oscuro y acabando por el más claro. Amarillos, ocres y verdes suelen combinar bien dentro de una gama cálida. Dentro déla gama fría, una buena combinación la ofrecen los grises claros y los azules.
Procedimiento para pintar paredes
Drapeado
El drapeado consiste en crear una textura jaspeada en el color mediante aplicaciones sucesivas de un trapo -bien sea en muñeca o enrollado sobre sí mismo-, sobre el color húmedo. La pared se Materiales basicos para pintar
debe pintar por zonas no mucho mayores de 1 m2 para evitar que el color se seque antes de haber podido aplicar el trapo. Cada una de estas zonas debe ser de forma irregular para que el resultado final no delate los límites entre mancha y mancha. El drapeado realizado con una muñeca de ropa de algodón, sin hilos, es probablemente más fácil que el que se trabaja con el trapo enrollado, pero este último es más rápido. El primero se basa en presiones sucesivas de la muñeca, que consiguen un jaspeado denso basado en la alternancia de zonas de color opaco y de color más transparente creado por el fregado de las partes del trapo en contacto con la pared. El segundo da un resultado más suelto y consiste en hacer rodar el trapo enrollado sobre la pared, moviéndolo con las palmas de ambas manos. Es posible crear efectos de color jugando con un fondo distinto al blanco.
Estucados
El estucado es la más antigua de las técnicas decorativas. Su origen se remonta al antiguo Egipto, desde donde se extiende al imperio árabe y a las regiones de la ribera mediterránea. Se trata de un recubrimiento a la cal de fachadas e interiores que imita materiales tales como la piedra, el mármol, el jade o el alabastro, y que en sus versiones más sofisticadas incluye la vitrificación mediante la aplicación de planchas de metal caliente. Hoy en día el estucado o los diversos "falsos estucos" son denominaciones de muy diferentes técnicas realizadas con productos muy variados que solo tienen en común un resultado con más o menos matizaciones de color. El más extendido es el del tipo veneciano. Consiste en un preparado a base de yeso, cola y tierras colorantes que se extiende en varias manos. Se trata del acabado decorativo de mayor calidad y también el más costoso y difícil de realizar.
Imitación de cornisa
Para lograr el efecto ilusionista de una cornisa o cenefa hay que trabajar con colores al óleo, de secado lento, que permitan modelar la forma en claroscuro para que dé una impresión de relieve. Sobre este relieve se pueden pintar distintos ornamentos que enriquezcan el resultado final.
Marmolado
El marmolado o imitación de mármol es una de las aplicaciones tradicionales del estuco. Originalmente se realizaba a base de mezclar distintas pastas de estuco coloreadas y posteriormente bruñidas y embebidas en aceite para dotarlas del lustre característico del mármol. Hoy estas imitaciones se realizan con colores al óleo o acrílicos aplicados en capas transparentes y trabajadas con brochas suaves, trapos, pinceles y plumas para crear las tonalidades y veteados de la piedra.
Imitación de baldosa, azulejo o mosaico
Consiste en un efecto similar a la imitación de piedra, aunque más minucioso, puesto que aquí se trata de realizar el diseño decorativo característico de estos recubrimientos. Normalmente se trabaja al óleo o con pinturas acrilicas. sobre las que se puede extender una pátina con craquelador para lograr el efecto de agrietado o envejecido.
Trampantojo
El trampantojo, también conocido por su denominación francesa trompel'oeil, consiste en pintar decoraciones murales que imiten objetos o figuras reales, produciendo la sensación de que la pared desaparece y da paso a un espacio imaginario. Este tipo de efectos debe realizarse con materiales de pintura artística y requiere una considerable destreza en las técnicas de dibujo y pintura, así como un sólido conocimiento de los estilos de pintura.
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